8.15 de la tarde en una terraza de Madrid.
Me he adelantado a la cita que tengo. Esto me pasa por no haber leído con atención un Whatsapp en el que mi interlocutora pedía un retraso. Yo he respondido Ok. Sin más. Ocurre con Whatsapp que entre tanto 👍, 👌, «gracias», «perfecto», «fenomenal» y «bss» ya no te esperas que alguien aporte información nueva y relevante.
Mientras espero, oigo en la mesa de atrás a un grupo de estudiantes que ríen a carcajadas y hablan a un volumen increíble Sigue leyendo