Cuánto cuesta sustraerse a la crisis del Covid-19, ¿verdad?. cuesta eludir la queja y el pesimismo en las conversaciones; cuesta evitar en nuestros e-mails alguna coletilla -comprensible humanamente- como “esta locura que estamos viviendo” o “con la que está cayendo”.
Pero cuidado, estos tics podrían agotar nuestras baterías de momentum, impulso, ilusión. La actitud de resignación lleva inconscientemente a muchas cabezas a la parálisis. Parece que han decidido que si no pueden hacer lo de antes como antes, es mejor no hacer nada.
Y mientras algunas organizaciones sucumben al sentimiento de parálisis, en lugares como Silicon Valley la innovación no para. Siguen a lo suyo. Sin pausa.
Y hoy quiero hablarte de una tecnología que me ha impresionado tanto como lo hizo en su momento el iPhone. Me tiene literalmente boquiabierto desde hace semanas.
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