Ansiedad. Se conoce como el estado habitual en el que viven todos los que se dedican a generar, perfilar, prototipar, concretar o comunicar ideas.
Pasa una cosa muy curiosa con las ideas: te absorben el cerebro, te obsesionan, te hacen inseguro delante de los demás. Porque cuando la idea es muy buena, genera miedo en quien la escucha.
Y la única forma de lograr que las buenas ideas salgan a flote y convenzan es que te apasionen. A ti. Al que las crea. Si no te apasionan, no perseverarás. Si no te apasionan, no convencerás a nadie.
Por eso, antes de sacar una idea a la calle asegúrate de que la has trabajado hasta amarla, entusiasmarte, flipar con la idea.
¿Que cuándo está terminado tu trabajo? Cuando empiezas a amar esa idea. De verdad. Por dentro. Con el corazón.
Gustavo Entrala es experto en Tendencias, Innovación y Branding.
Asesora a CEOs y consejos de administración en su estrategia digital y hace workshops sobre tendencias e innovación in-company.
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