Si no se transforman, peligra la suerte de los departamentos de Comunicación de empresas, partidos políticos y otras instituciones.
Los directores de Comunicación (Dircom en la jerga profesional) tenían como misión promover una imagen veraz y positiva de las instituciones para las que trabajan en los medios tradicionales (3 televisiones, 5 diarios nacionales y 3 radios). Ahora, el escenario de su trabajo ha cambiado de sitio. Y con él, cambiaron los protagonistas, la música y el libreto.
El cambio a lo digital está produciendo un divorcio entre las personas y las instituciones, una distorsión entre el lenguaje con el que hablamos los humanos y el lenguaje con el que hablan las instituciones.
¿Cuál es el problema? Es difícil de diagnosticar. Pero hunde sus raíces en la lentitud con la que han reaccionado las direcciones de Comunicación a los cambios de hábitos de los ciudadanos.
La génesis de este divorcio en ciernes podría estar en cómo piensan los ciudadanos y cómo piensan las direcciones de Comunicación.
Estas diapositivas que he presentado recientemente ayudan a hacer un test personal y de equipo sobre qué estamos haciendo en Comunicación Institucional y cómo deberíamos revolucionar nuestro trabajo para sobrevivir.
Ellos (los ciudadanos)

Los nuevos consumidores de información
Nosotros (los Dircom)
Gustavo Entrala es Socio Director de la agencia de Publicidad 101.
Está en Twitter y en LinkedIn y tiene un blog de música, que es lo que de verdad le gusta.
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