El pasado 17 de mayo, el portal tecnológico The Verge publicó un vídeo para uso interno de la empresa Google. Creado por el equipo de Innovación de la firma, el vídeo plantea las posibilidades teóricas que tiene la compañía para, utilizando nuestros datos, mejorarnos como personas y solucionar los problemas del mundo. Con o sin nuestro concurso personal libre.

Black Mirror pero en serio

El vídeo -puede verse más abajo- tiene un atmósfera distópica nada alejada de las propuestas actuales que la ficción (Black Mirror, Her…) nos está presentando como el mundo del futuro. La música de fondo y la voz de Nick Foster, creador del vídeo, dan a la pieza un aire frío e inquietante.

Lo que nos cuenta el guión es una hipótesis con los siguientes puntos de partida:

• La información privada que aportamos a las firmas tecnológicas podría ser de tal valor para la humanidad futura que quizá deberíamos admitir que no es nuestra.
• Esa información generaría un registro evolutivo de las decisiones que toman las personas y sus consecuencias, al modo en el que la evolución de las especies guardan en los genes la información necesaria para la siguiente mejora.
• Con ayuda de los dispositivos, ese gran registro de la humanidad nos ayudaría a tomar mejores decisiones primero con nuestro concurso. Pero -aquí viene la parte más inquietante- podría llegar a ser autónoma y tomar sus propias decisiones para mejorar el mundo.

En resumen, estos son exactamente los postulados del Dataísmo, la religión de los datos a la que puso nombre David Brooks en el New York Times y sobre la que ha seguido trabajando el historiador Yuval Noah.

Google envió un comunicado a The Verge en el que reconoce la autoría del vídeo, pero insiste en que tanto el contenido como el tono tienen como finalidad provocar debates internos. The Verge ha contestado con una pieza en la que demuestran que algunos de esos postulados ya figuran como patentes registradas.

La pieza se filtra en el peor momento

En una fase de la historia en la que hemos pasado de la fascinación por la tecnología a la desconfianza hacia los GAFA, un vídeo como este hace palpable la necesidad que tiene el mundo de decir a los chicos de Silicon Valley: Un momento, señores.

En mi opinión, vamos a empezar a ver fenómemos como los siguientes:

• Movimientos y asociaciones que empiecen de verdad a defender los intereses de las personas y de las sociedades libres frente a las Big Tech y frente a los países que no respeten la integridad de los propios datos y de la propia libertad.
• En esta línea, es posible que durante los próximos años gane fuerza la idea de ampliar la Declaración de Derechos Humanos con unos nuevos derechos referidos a nuestros perfiles digitales.
• Se hace urgente que Silicon Valley sea transparente en cómo funcionan sus algoritmos. Todos entendemos que los algoritmos son la nueva fórmula de la Coca-Cola y que quizá revelarlo todo no sea prudente, pero los Estados tienen el deber de protegernos y de pedir cuentas a estas compañías.
• Me consta que algunas personas influyentes en Silicon Valley tiene la sensación de que el invento se les puede estar yendo de las manos y buscan el diálogo con otras disciplinas. Sé, por ejemplo, que Reid Hoffman, fundador de LinkedIn, ha establecido contacto con el Vaticano y con otras instituciones para recabar la opinión de expertos mundiales en Ética, Filosofía y Antropología. Se van a empezar a crear líneas de diálogo que prometen ser interesantes.
• Existen ya dentro de Silicon Valley lugares como The Zephyr Institute (donde fui invitado hace ahora un año como ponente) en lo que personas que trabajan en los GAFA mantienen conversaciones con profesores de Stanford de ámbitos puramente filosóficos.

Qué momento más interesante este en el que vivimos.

Para saber más sobre este tema…

• Google, Apple, Facebook y Amazon: los cuatro jinetes del Apocalipsis digital

Gustavo Entrala es experto en Tendencias, Innovación y Branding.
Asesora a CEOs y consejos de administración en su estrategia digital y hace workshops sobre tendencias e innovación in-company.
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