Éxitos a trompicones, Innovación

Tu iPhone se habría llamado «MacPhone» si no llega a ser por un Copy que se puso pesado

«Tenemos ya un nombre que me encanta, pero quiero que veáis si podéis hacer algo mejor. En dos semanas el producto tiene que estar en fábrica. El nombre que me gusta es MacMan«.

imac1998

Corría el año 1998. Steve Jobs acababa de regresar a Apple y su vuelta a la acción estaba a punto de dar su primer fruto. Era un ordenador con un diseño completamente diferente (hecho con un plástico traslúcido de color verde azulado) y podía conectarse a Internet en cuestión de minutos (estamos en 1998).

Un día convocó al equipo de creativos de la agencia Chiat/Day que trabajaba para Apple. Les enseñó el nuevo concepto de ordenador personal -que iba a llamarse MacMan y les pidió alternativas.

Durante tres días, los creativos de Chiat Day dieron vueltas y más vueltas a posibles nombres. Se quedaron con una selección de cinco, e hicieron unos pósters con cada nombre impreso en una tipografía de gran tamaño.

Regresaron a Cupertino y pegaron los posters a la pared en la sala de juntas antes de que llegase Steve Jobs. Estaban seguros de que se fijaría en uno de los cinco nombres propuestos: era un winner. Había sido aportado por Ken Segall, copy titular de la cuenta de Apple. Cuenta Segall en su libro Insanely Simple que «el nombre que más nos gustaba para el nuevo ordenador era iMac. Reunía los requisitos que nos había planteado Steve: primero, tenía que contener la palabra Mac; segundo, era un ordenador para conectarse a Internet; y tercero, no podíamos reflejar la idea de que fuera una máquina portátil. Aunque tenía un asa, Steve decía que era muy pesado para llevarlo a cuestas».
Cuando Jobs vio los nombres, se fijó por un instante en el último. Después de una pausa, sentenció a muerte el trabajo de la agencia: «Los odio todos, nos vamos a quedar con MacMan«, les dijo.
Segall argumentó que el nombre era sencillo, transmitía el concepto y podía servir para otros usos en futuros productos. «La i significa Internet o Imaginación, es un prefijo muy versátil». Jobs se quedó pensativo pero se levantó de la reunión seguro de que su nombre era mejor que el de la agencia.
Cuando sólo faltaban tres días para que el nuevo Mac entrase en producción, Segall se encontró en el ascensor con Jobs, cuando éste le espetó: «me gusta cada vez más la idea del iMac, pero todavía no estoy enamorado». Segall y su equipo pensaron que todavía quedaba alguna oportunidad para su idea. Lo que no sabían era que Steve Jobs estaba preguntando por el campus de Cupertino a empleados de distintos departamentos si les gustaba el nombre iMac para el nuevo producto. Tampoco sabían que Jobs había pedido a su departamento de Diseño Industrial que hiciera un prototipo con el nombre iMac.
Cuando vio el prototipo, le encantó cómo quedaba. Lo enseñó a mucha gente, y la respuesta fue entusiasta y unánime.  Ya más seguro, Jobs decidió bautizar su nueva creación con el nombre propuesto por aquel copy de Chiat/Day.
«Lo que me gustó del modo de actuar de Steve fue, primero, que nos pidiera ayuda. Además, albergó dudas durante días y sondeó a mucha gente. Y el hecho de que pidiera un prototipo señala que era una persona pegada al producto. La mejor forma de ver las cosas es con un prototipo. ¿Genio? sin duda, pero con dudas, con necesidad de pedir opinión y con la mente puesta en el producto y en el cliente».
A Segall hay que agradecerle que tu iPhone no se llama MacPhone. Puedes agradecérselo comprando su magnífico libro.

Gustavo Entrala es Socio Director de la agencia de Publicidad 101.
Está en Twitter y en LinkedIn

Anuncio publicitario
Estándar

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s